Carta a Audrey Hepburn en su cumpleaños

Algunas de las escenas de Audrey en "Vacaciones en Roma",
junto a Gregory Peck. Comenzaste ya a ser una princesa.

Mi amada Audrey. Un año más para felicitarte, en mi nombre y en el de todos tus admiradores, entregados a tu eterno recuerdo. A veces pienso que si volvieras a estar con nosotros, te veríamos igual que en las imágenes de esos fotogramas con los que, en esta ocasión, adornamos esta carta de felicitación para ti. Son de aquella película que hiciste en 1953 ¿Te acuerdas? Entonces tenías 24 años. Para nosotros seguirías teniendo esa misma edad. Estamos seguros que te veríamos igual. En aquella película, "Vacaciones en Roma", tu primera aparición de éxito en el cine, tu personaje era el de una princesa. Y... ¡lo que son las cosas...! pues desde entonces no dejaste nunca de ser una "princesa". Recuerda que yo te bauticé, ya hace muchos años, "la dulce y eterna princesa".

             

"Audrey Hepburn Oil Painting College Peter Nowell", en una
Representación pictórica de su imagen. 

Quiero creer que desde tu maravilloso universo celeste, en donde merecidamente te halles, sabrás que nos encontramos inmersos en una dramática experiencia que nos ha tocado vivir, una plaga que nos afecta hasta el punto que quienes no la resisten pierden la vida. Lo cierto es que es un testimonio y una prueba dolorosa que estamos pasando, parecida a la que tuviste tu que sufrir cuando, aún estando delicada de tu salud, dedicaste tus últimos años a una causa tan humanitaria como la de ofrecer tu ayuda a la enfermedad del SIDA, pero también a entregarte al auxilio de los niños en los países más pobres. Tu generosidad fue tal que hizo aún más merecedora de tu corona de princesa. Sabemos que desde tu mágico corazón nos enviarás un rayo de luz rebosante de la esperanza que necesitamos.

              

Audrey y su perrito "Famous" en su bicicleta

Un año más, contigo en este inolvidable día. Un año más para regalarte nuestro más entrañable recuerdo y lo mejor de nuestro cariño para ti, pero también de la admiración que siempre te tuvimos. Seguiremos estando aquí haciéndote compañía, porque además, también necesitamos sentir el encanto de tu nostálgica candidez y de aquella fascinación de la dulzura de tus ojos. Y para ello tenemos aquí este rincón virtual, para dar testimonio a esa promesa. Nos queda solo pedirte que, en lo que cabe, no apagues nunca el brillo de tu luz; el que nos envías desde ese lugar de la eternidad en que vives. Necesitamos tu calor para envolvernos de ilusión.  Por cierto, queremos dedicarte la fantasía de esta foto en la que imaginamos que tú y tu perrito "Famous" vais a socorrer con vuestra ayuda y con tu sonrisa a quienes sufren en esta terrible y cruel pandemia. Recibe un inmenso abrazo de todos nosotros.

               

Ángel González, "Rusty Andecor"
                

Hemos querido hacerte este homenaje para que disfrutes cuando te veas con tus "amiguitos". Arriba,
con Mr. Famous y Assam. Abajo, con Mr. Famour, Pippin y Assam. Y... ¡lo que son las cosas...! Se nos
ha azulado la imagen. Seguro que ha sido al llegar al cielo y recibirla tú desde allí.

Carta a Audrey Hepburn

Quiero imaginarte, que desde el cielo en
que te hallas, nos dedicas ese dulce beso,
a través de esa rosa etérea en tu mano.

Mi querida Audrey. Un día como hoy 20 de enero, hace 27 años, te fuiste al infinito y a la eternidad. Sin embargo, nosotros nos quedamos con la eternidad de tu recuerdo y con la inmensidad con que nos inundó la bondad y la dulzura de tu corazón. 

                   

Tu recuerdo está en la postal de ilusión y de sueños que guardamos en nuestro íntimo universo. Tu recuerdo está en nuestra calma y placidez, cuando intentamos recuperar la paz y reconfortar el alma.

Tu recuerdo está en aquella imagen que nos dejaste de "Aniane", de aquel personaje lleno de inocencia y ternura, cuando compungida y llorosa, corrías por el andén y tras el tren en el que se iba aquel Gary Cooper, a quien amabas. O en aquella romántica escena de "Charada", en un crucero por el Sena, cuando conversabas con Cary Grant y te dejabas embriagar cautivar por aquel beso tan romántico.
         Tu recuerdo está, también, en aquella dulce y frágil Holly de "Desayuno con diamantes", aquel personaje que se refugia en su castillo de mentiras y temores para no enfrentarse a sus miedos, evitando así confiar en las personas que deseaban cuidarla y darle la felicidad que necesitaba. Y en el recuerdo, en que llorosa y desesperada buscabas, bajo la lluvia, tu gato de la suerte, al que llamabas "gato". Inolvidable tu escena, cuando lo encontraste, porque fue cuando hallaste la verdad de tu destino y la fortuna de la realidad de tu amor.
            

Ángel González "Rusty Andecor"