"La más bella de la estrellas"

domingo, 3 de febrero de 2013

Te fuiste hace ya 20 años. Y yo tengo un regalo para ti.

ni dejes pintar sobre azul
la esencia y sabor de tus sueños.

Supongo que fue un sueño que tuve una noche de delirio nostálgico cuando fantaseaba con aquel ser maravilloso y ávido de ternura llamado Holly. No sé si fue mi juego imaginativo, el que apareció antes de perder mi consciencia, pero cuando desperté sabía que tú, mi eterna musa, mi compañera de sueños, me habías regalado esos versos, aunque yo los había escrito para ti. Nadie mejor que tú para describirme los azules de ese universo de ilusiones y de esperanzas, y para aliviar mis inquietudes y endulzar mis desazones.

Y me duele el olvido de faltar a tu cita, la del 20 aniversario de tu marcha al infinito. Audrey, lo siento, amada mía. Estuve pensando todo ese mes de enero y cuando llegó el día 20... no pude estar contigo, ni pude hacerte el regalo que tanto te merecías. Pero sabrás perdonarme, desde allá, desde ese lugar en donde estés, que seguro que será maravilloso. Sabrás perdonarme, porque siempre fuiste buena, dulce y generosa para con todo el mundo, y más aún para los que te queríamos. Y entenderás mi sentimiento de lamentable olvido en ese día, porque sabes muy bien de mi eterno recuerdo, de mi respeto y de mi adoración por ti. 


Me gustaría hacerte un regalo, aparte de quedar aquí mi emocionado recuerdo. Es un modesto premio a tu hermoso corazón y hacia todo lo bueno que nos has dejado, pues nos regalaste tu dulce sonrisa y fuimos felices aprendiendo a imitarla. Para ti, este pequeño homenaje que te hace Eddi Reader, la del viejo Fairground Attraction, la que cantaba en el 88 aquella canción que decía "los gatos están llorando...", ¿te acuerdas? (yo la recuerdo porque pensaba en cómo lloraba tu gatito bajo la lluvia, aquel de "Breakfast at Tiffany´s").  Bueno, pues ella te canta "Moon River". Aquello de "Río Luna, viejo creador de sueños, rompecorazones. Pues a donde tú vayas, allí iré yo. ¡Hay tanto mundo que ver...! Y los dos buscamos el mismo fin del arcoiris...". Eso sí; nadie cantará jamás ese poema como tú.


Y para terminar, déjame un vez más, querida mía, mi dulce Audrey, que te susurre, muy cerca de tu corazón, esos versos que una vez te compuse y que ya te dejé en este "pequeñito universo" que creé para ti. Guárdalos en el cofre de los regalos de tus amigos, y no olvides que nadie de los que fuimos fieles te olvidaremos.



Soñé con aquel dulce sabor de tus ojos,
perfumados de tristeza y de nostalgia,
fascinado por la magia de tu imagen
y por tu ingenua y tímida sonrisa.

Y supe que estabas ahí,

en la dimensión de mis sueños,
iluminados por la luz de tu frescura,
empapados en los colores de tu alma.

Y ahora siento que te amo

y ahora sé que no soy dueño
y ahora tengo en mi esperanza,
quizá... besar tu corazón risueño.


Cautivado por la poesía de tus ojos
y seducido por la magia de tu alma,

siempre, tu leal "Rusty Andecor"