Mi querida Audrey: Un año más desde que viajaste a la eternidad y te
quedaste allá en el infinito de los recuerdos. Hoy 20 de enero se cumplen 28
años de tu marcha y nosotros, los que no te olvidamos, no podemos evitar volver
a mirar tu resplandor y tu destello. Por eso, te dejamos aquí nuestro pequeño homenaje.
Por un lado, tu bella música, el eterno "Moon River" (clic en el título), con los dibujos de ese resplandor que irradiaba tu imagen. Por otro, un breve poema dedicado a ti.
Pues nada mejor que evocar la ilusión de fundir nuestro espíritu romántico, el que nos infundió tu halo dulce y nostálgico, en ese infinito destello que inunda a veces nuestros sueños. Por eso, una vez más, para ti aquellos viejos versos que un día te escribí, ya hace muchos años. Para que vuelvas a leerlos, hoy ahí en ese lugar privilegiado que tendrás en el cielo. Y para que después, nos devuelvas la caricia de tu sonrisa.
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| "Supe que estabas ahí, en la dimensión de mis sueños, iluminada por la luz de tu frescura, empapada en los colores de tu alma y envuelta en tu destello" |
"Soñé con aquel dulce sabor de tus ojos,
perfumados de
tristeza y de nostalgia,
fascinado por la
magia de tu imagen
y por tu ingenua y tímida sonrisa.
Y supe que estabas ahí,
en
la dimensión de mis sueños,
iluminada
por la luz de tu frescura
y empapada en los colores de tu alma.
Y
ahora siento que te amo
y
ahora sé que no soy dueño
y
ahora llevo en mi esperanza
fundir mi halo en tu destello".
