"La más bella de la estrellas"

sábado, 4 de mayo de 2019

Una carta para Audrey. Para la dulce y eterna princesa.

Siempre recordaremos el ese destello hermoso y
arrebatador con que nos embrujaba tu mirada.
Querida Audrey: Un año más, quienes te recordamos y seguimos amando el maravilloso y hermoso destello que nos dejaste, te felicitamos por el aniversario de tu nacimiento. Lo hacemos, como si estuvieras aún con nosotros, como si no te hubieras ido. allá a tu eterno universo de los infinitos sueños. Y lo hacemos, conmemorando tu recuerdo, el del significado y el mensaje de tu persona, pero también el de tu imagen. Y naturalmente, no podríamos dejar de expresarte nuestro eterno sentimiento y devoción hacia ti. Sabes muy bien que nuestro corazón siempre está contigo, a pesar de tu viaje sin retorno; ese que hiciste hace ya... ¡tanto años! Y a pesar de que con tu marcha, quedamos un poco huérfanos de la bondad y ternura que irradiabas y vertías sobre nosotros.
         
Viéndote así tan sutil; con ese pañuelo de seda sobre tu cabeza,
bien podríamos regalarte un fular con tus colores preferidos.
Hoy queremos dejar a un lado la tristeza de tu ausencia, y la nostalgia del tiempo que ha pasado desde que te fuiste, pues sólo deseamos celebrar la alegría y la felicidad que nos hace sentir evocarte y tenerte algo más cerca con este recuerdo. El del recuerdo de haberte visitado en tu cumpleaños. Y lo cierto es que tu 90º aniversario no es que signifique que tengas tantos años en comparación con la edad que representa la candidez de tu alma, la de la dulzura de tu sonrisa o la del guiño lozano y pícaro de tus ojos. Que fuiste tan presumida y coqueta que hasta elegiste tu color para convertirte en "la dama de los ojos color miel".
      
Siempre te gustó hacer tartas. Desde que de jovencita
tenías que ayudar a la resistencia de tu país, haciendo
aquellos pasteles introduciendo dentro sus mensajes.
Pues te regalaremos una tarta más grande que esta.
Ya sé... los lectores de esta carta me tacharán de "cursi y empalagoso" y puede que hasta tú misma te rías de mi, diciéndome: "un poco sí que lo eres", y luego añadas "...¡patoso!". Pero... bueno... supongo que es mi estilo contigo... desde que te vi en "Desayuno con diamantes"; o en "Ariane", años antes. La culpa la tiene el sabor dulce que desprende la esencia de tu alma. Tal vez, por todo ello siempre fuiste la musa de mi inspiración poética.
           
Así que, como en otras ocasiones, siguiendo mi afectado ramalazo, habíamos pensado llevarte una tarta allá al cielo, a tu palacio de cristal y miel, que es donde moran los corazones dulces y transparentes, como el tuyo, seguro. Porque... siempre te gustaron las tartas. ¿Te acuerdas cuando de niña tu madre te reñía porque te chupabas los dedos untados del dulce de la tarta? Y te decía: "¡no te chupes los dedos, Edda, que te vas a poner perdida!", porque te llamaba Edda. Y luego te gritaba: "¡te vas a manchar el vestido!".
           
Y te regalaremos un vestido con mucho escote, para
que luzcas tu linda pechera, ¡delgaducha!
¡Ah... y a propósito de vestidos...¡cuánto nos gustaría enviarte uno, como regalo de cumpleaños! Te encantaban los vestidos. Cuánto más cursis, mejor. No lo niegues. Y te chiflaban los escotes. No tenías mucho que enseñar, pero lo hacías para presumir; era tu ingenua coquetería. Por no hablar de tu escuchimizada figura, aunque exquisita y cautivadora, eso sí, Recordemos cuando Gary Cooper en "Ariane" te llamaba "¡...delgaducha!". Lo cierto es que sabías llevar aquellos maravillosos vestidos. Unías la sencillez y la elegancia. Fundías el pudor y el glamour. Nadie sabía hacerlo como tú. Estamos seguros que ahora, ahí en tu celeste retiro, debes cautivar a tus amigos, los ángeles del cielo, y quizá también a sus fieles acólitos del paraíso.
               
Siempre atenta y aplicada en la lectura, como una intelectual.
Pues te buscaremos un buen libro para regalarte.
También nos gustaría regalarte un libro. Siempre te gustaron los libros. No hay más que ver las fotos. Siempre queriendo saber. Esforzándote por superar tu timidez. Buscando hacer realidad tu ilusiones, tus sueños, como lo veíamos en "Sabrina" o en "Ariane"; a veces, casi derrotada por tus frustraciones y desencantos, como en "Desayuno con diamantes". Pero siempre te salvaba tu bondad y tu generosidad, tu fe en quien confiabas. Supongo que la casualidad del perfil de los personajes y roles que
Estoy seguro que hay un halo mágico azulado que cubre
y adorna la belleza de tu alma y de tu imagen y que
hace aún más hermosa tu visión en tu celeste lugar
interpretaba en el cine te llevaron a representar en la realidad de la vida, en tus últimos años, esa misma forma de ser, la que caracterizaba la belleza de tu alma y la dulzura de tu corazón.
(Clic en los títulos de los filmes de referencia)
             
Y un musical broche final para este homenaje; el que vengo haciendo ya desde hace años. No me hagas mucho caso, mi amiga Audrey, pero pienso que ésta podría ser, muy bien... mi última carta de felicitación para ti; pues pronto podría suceder mi relevo en las dos vidas que podamos tener, la de ahora, en la realidad del pasado y del presente, y la eterna en el infinito de la nada o en la incertidumbre en los azules de ese universo que tú disfrutas. Asi pues, y como tal broche y fin de mi tributo, tengo el placer de regalarte este vídeo homenaje dedicado a ti y a tu recuerdo. Un vídeo que yo titulo "90th birthday anniversary of Audrey Hepburn"(Clic en su título)             
     
Ángel González "Rusty Andecor"
          
4 de mayo de 2019

domingo, 20 de enero de 2019

Querida Audrey:

Nos cautivaba de tal forma que ni siquiera
cuando apenas veíamos la sonrisa en su rostro
dejábamos de contemplar la que transmitía y
exhalaba de su corazón.

Recordamos hoy el día que nos abandonaste, para irte a un mundo mejor. Siguen pasando los años. Ya son 26 sin el consuelo de tu ternura, de la inspiración que promovías en nosotros. Después de tantos años hemos recordado también, a nuestro pesar, cosas que no se ajustaban a la imagen que teníamos de ti, que no se armonizaban con la belleza de tu alma. Se ha dicho que no eras tan ingenua y tan dulce como en los personajes que representabas en tus películas. Han dicho de ti que en la vida real eras seca y dura, áspera e intolerante, y a veces déspota e implacable. No sabemos si tu realidad tuvo etapas o momentos de inconsecuencia con el perfil y la imagen que nos diste a lo lardo de los años, ni con lo que tu actitud en público o a través de tus declaraciones nos mostraste. Pero lo que cuenta es lo que la mirada de tus ojos irradiaba y sugería, cuando nos revelabas la bondad de tu corazón.
   
Nada comparable, para dedicarle un recuerdo, que
imaginar la fascinación de sus ojos y la intensidad
cautivadora de su mirada.
Tú representaste la virtud de la belleza del alma, la de la ternura de la sonrisa y la de la bondad del corazón. No importan los defectos que tuviste en tu vida real, porque todos tenemos defectos, todos nos hemos equivocado, hemos mentido a la gente cercana que incluso queríamos, hemos engañado a quienes no se lo merecían, y quizá hemos estado envueltos, a veces, en la indecencia y hasta en la inmundicia. Nadie se salva de sus errores. Y lo cierto es que nos duele, a quienes conocimos todo lo bueno que representabas para nosotros, que ahora el morbo y la malsana intención con que titulan y escriben algunos medios de comunicación, con su retorcido propósito, pretendan ensuciar, no sólo la justicia de tu leyenda, sino ese sereno y conciliador consuelo que nos proporciona contemplar tu imagen y el mensaje que vemos en tus ojos y en tu mirada.
   
Una maravilla, para una buena colección de vinilos, tener este
nostálgico EP, extraído de la BSO de "Sabrina".
Yo creo que hoy podríamos quedarnos con algo de lo mejor que "la princesa de la sonrisa" nos dio. Recuerdo aquella frase suya: "Creo en el color rosa de la vida, en que la risa es el mejor antídoto para curar el dolor y el desengaño. Creo en la fascinación del beso. Y creo que ser fuerte, cuando todo parece ir mal, te ayuda a vivir".
  
Una simpática escena de Audrey en la cocina
Y una vez más, volver a dedicarte aquellos espontáneos y sencillos versos que una vez te compuse: "Soñé con aquel dulce sabor de tus ojos / perfumados de tristeza y de nostalgia / fascinado por la magia de tu imagen / y por tu ingenua y tímida sonrisa. / Y supe que estabas ahí / en la dimensión de los sueños / iluminados por la luz de tu frescura / empapados en los colores de tu alma / Y ahora siento que te amo / y ahora sé que no soy dueño / y ahora llevo en mi esperanza / besar tu corazón risueño".

Ángel González "Rusty Andecor"
20 de enero de 2019