Carta a Audrey Hepburn

Hola, princesa de la eterna y dulce sonrisa. Hoy, 20 de enero, no es tu cumpleaños, pero sí el veinticuatro aniversario  desde que nos abandonaste y te fuiste al cielo. Me hubiera gustado escribirte una carta más cercana a tu corazón, en nombre de todos los que te seguimos queriendo y no te olvidamos. Pero, conociendo este blog como tú bien conoces, pues yo lo creé para ti, sabes que me perdería en viejos recuerdos y nostálgicas emociones. Quizá no conseguiría expresarme como debiera. Quizá no sería capaz de transmitirte… ¡cuánto te echamos de menos! y cuánto recordamos aquella dulzura de tu destello y la magia de aquel mensaje de tus ojos almendrados y risueños.

  

Creo que… mejor dejarlo así. Aunque... diciéndote que nos gusta recordar aquellos personajes tuyos. Reggie, en Charada; Holly, en Desayuno con diamantes; y cómo no… el de la candorosa y dulce Sabrina. Pues todos ellos son la prueba que contiene el homenaje que tenemos aquí para ti. Sin embargo, hemos de confesarte también que nos gusta soñar con el personaje real que tanto te identificaba en la autenticidad de tu persona, el que describía tu bondad y generosidad, y que en ensalzaba la belleza de tu corazón.

  

Queríamos hacerte un regalo, algo así como el que se hace en todos los cumpleaños, porque este día no deja de ser el aniversario en que nos dijiste adiós. Queríamos que fuera algo especial. Así que... querida Audrey, en nombre de todos los que hoy te recordamos, te hemos preparado un vídeo con tus imágenes y con la música que mejor te ha identificado siempre. Queremos que sea un entrañable y cariñoso homenaje para ti. (Hacer clic en "Homenaje a Audrey Hepburn")

  

Y desde aquí, hasta ese cielo maravilloso al que te fuiste, como maravilloso fue el destello de tu vida... un abrazo inmenso y un beso... etéreo y sincero.

  

Finalmente, me gustaría recordarte también aquellos versos que una vez te compuse y te dediqué. Ya sé... son empalagosos; también tú lo eras un poco. Y como sabemos que estás, en tu cielo azul, te los dejamos en ese mismo color:

  

Como una princesa del cielo, como la dama de los
sueños, a todos, sin quererlo, nos vas enamorando.

Tú, mi musa eterna,

estás ahí.. en tu universo,

como un hada, quizá princesa,

siempre a todos cautivando;

tal vez, la dama de los sueños,

que desde el cielo...

nos vas enamorando.

Mas, son tus ojos

 serenos y risueños,

que con su reflejo y su brillo,

hasta el fondo del alma,

 su luz nos llega fascinando;

o quizá es tu corazón, sin dueño,

que el nuestro...

nuestro corazón,

tú nos vas robando.

Que tus ojos, serenos y risueños, con su reflejo y su brillo, hasta el fondo del alma,
su luz nos llega fascinando.

Ángel González "Rusty Andecor"