Mi querida y dulce Audrey:
Hoy hace
ya 21 años de tu marcha al infinito y muchos de nosotros no te hemos olvidado.
Me hubiera gustado haber compartido contigo un instante para darte un beso más
cercano, pero aún estamos metidos en esa “jaula” que construimos y que tú tanto
temías en tu papel de Holly (el de “Desayuno con diamantes”) ¿te acuerdas? Nosotros,
ahora, no llegamos hasta ti, pero tú ya eres libre. ¡Hubiera deseado tanto darte
un abrazo…! para agradecerte la magia que nos diste con la bondad y dulzura de
tu sonrisa, y que nos regalaste con el mensaje sugerente de tu mirada.
Quería recordarte, una vez más,
aquel sueño que tuve una noche de delirio nostálgico, cuando fantaseaba con
aquel ser maravilloso y ávido de ternura llamado Holly. No sé si fue mi juego
imaginativo, el que apareció antes de perder mi consciencia; pero cuando
desperté sabía que tú, mi eterna musa, mi compañera de sueños, me habías
regalado ese poema que ya publiqué más abajo, el que empezaba “Soñé
con aquel dulce sabor de tus ojos”; aunque yo lo había escrito con la pobreza
de mi pluma de “aprendiz de poeta” para susurrarlo muy cerca de tu corazón.
Deseaba decirte también que nadie
mejor que tú para describirnos los azules de ese universo de ilusiones y de
esperanzas. Y, como te dije el año pasado, “para aliviar mis inquietudes y endulzar
mis desazones”. Por eso, te dediqué aquello de…
No temas volar sobre el viento
ni dejes pintar sobre azules
la esencia y sabor de tus sueños.
Adiós, mi adorada Audrey. Resérvanos un lugar en el cielo junto a ti. No
nos olvides porque nosotros jamás te olvidaremos. Hasta siempre.
Rusty Andecor.
Rusty Andecor.
1 comentario:
La carta es muy bonita. Me ha encantado leerla. Me parece un estupendo homenaje.
Por cierto, hoy el doodle de google homenajea a Audrey Hepburn. A disfrutar de la dulce princesa Audrey
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